domingo, 16 de septiembre de 2007

El lado oscuro del corazón

Todos alguna vez hemos sentido ira, celos, envidia, rencor,...,sentimientos negativos hacia alguna o algunas personas. Todos alguna vez nos hemos reconocido diferentes en la vivencia de esos sentimientos. Todos hemos tenido tentaciones de dejarnos llevar por...el lado oscuro del corazón.

Y entonces, frente a esa tentación, está nuestra ética, nuestra moral, nuestros valores...y nuestra templanza. Nuestro dominio de nosotros mismos y nuestra voluntad de dominio sobre nuestra naturaleza.

Todos tenemos un lado oscuro en el corazón. Todos podemos enfrentarnos al mundo sólo desde ese lado. Todos somos capaces de hacerlo. No hacerlo supone un ejercicio de voluntad y sobre todo, de elección.

El que no respeta a otro. El que dice o hace cosas negativas hacia otro, ya sea por detrás o incluso delante del otro. El que maltrata leve o gravemente a otro, salvo que sea un enfermo mental, es consciente de lo que hace. Y lo hace con elección. Lo hace sabiendo lo que hace. Y lo hace, generalmente, para lograr dominio y control, para lograr poder.

Enfrentar el mundo desde el lado oscuro del corazón es la forma más fácil y cobarde de conseguir poder. Poder sobre el otro para sentirse uno mismo poderoso. Es un poder barato y ruin.

Entrentar el mundo desde el dominio del lado oscuro del corazón es la forma más difícil y valiente de conseguir poder. Poder sobre uno mismo, con independencia del otro. Es un poder caro y duradero. Independiente.

Conseguir uno u otro es elección personal y la mayoría se inclina por el camino fácil. Total, qué es eso del dominio sobre uno mismo, del desarrollo personal, cuando es tan fácil descargar en el otro...incluso puede llegar a ser divertido...es el mecanismo que mueve el mundo...de los seres dependientes.

Pero, ¿hay algo más poderoso que saber que frente a otro tú puedes elegir hacer o no hacer algo?, ¿que eres soberano de tí mismo, independientemente de lo que los demás te hagan o digan?...La realidad es ésa, pero, ¿cuántos estamos dispuestos a experimentarla?