lunes, 1 de octubre de 2007

Los envidiosos...

Muchos de nosotros, cuando nos topamos con individuos envidiosos, sentimos una especie de malestar o tufillo, que no sabes muy bien de dónde sale. Por mucha buena cara que te pongan, por muchos halagos que te hagan, por mucho lo que sea...la sensación de incomodidad y fastidio es considerable.

Aún estando pagados de sí mismos, los envidiosos identifican en los demás, aquellos rasgos de los que carecen y que les gustaría poseer. Y en lugar de intentar trabajar para conseguir aquello de lo que carecen, generan toda una serie de artimañas y mezquindades dirigidas a intentar destruir aquella característica o características del sujeto envidiado. Hay veces, que la envidia es tan intensa, que llegan a desear matar al envidiado. Y en ocasiones, lo hacen.

El sujeto envidiado, cuando se encuentra delante del envidioso y tiene que sufrir su ataque constante y persistente, siente un cierto malestar que no sabe identificar, al principio. Pero si observa, se dará cuenta de la situación. Y entonces, sabiéndose envidiado, debe decidir entre entrar en el juego o pasar. Pero, siempre, debe saber, que el otro se comporta así, precisamente, porque el otro le da más valor que a él mismo. Esa es su ventaja, y debe saber cómo y cuando aprovecharla.

Las cualidades objeto de envidia son de rango amplio o muy amplio. A veces es un simple lunar. Otras veces es la compañía, o la familia. Pero si hay algo que genera una envidia suprema, es precisamente, aquello que no te pueden quitar y que tampoco se puede adquirir...la inteligencia, y con ella, el afán de superación, el afán de evolución y...la libertad, que hacen del sujeto que la posee, inmanejable en muchos sentidos y sobre todo...independiente...de todos y de todo...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

UN VENENO

La envidia es un veneno perverso y una vergüenza para la sociedad. pero es la sociedad la que, por desgracia, más fomenta la envidia.
Es un tema más antiguo que el mundo, y aunque no queramos reconocerlo, la competitividad personal y profesional es una tapadera excepcional para la envidia .

Hace poco escribí un comentario sobre la "tormenta", y que será, que allí salió a relucir la raiz de la envidia. Pero ¡como tiene tantas raices!...

Sabíais ya que la maldad huele y se manifiesta. Por eso se desprende el "tufillo" que dice Electra. Y en verdad que huele mal. ¡A podrido!. Y lo peor es que los envidiosos son los que mejor cara te ponen y más suaves son contigo, pero como la envidia se les cae de los ojos, rápidamente te das cuenta y desconfías. Nunca se debe entrar en un juego tan peligroso porque la envidia "mata" a corto o a largo plazo, pero "mata".

la mente humana es poderosísima, e igual que puedes evolucionar para una superación total, puedes degenerar en una podedumbre total. Y la envidia ya sabes adonde te lleva.
Incluso hay enfermedades generadas por la envidia que te tienen los demás. Enfermedades físicas, porque el envidioso es un enfermo mental que vive entre la gente normal, destrozando las bases y las premisas que sentaron los filósofos para una convivencia entre todos, racional.

Electra nos hace una lista de las cualidades objeto de envidia. Yo pienso que el envidioso, además de todas éstas, te envidia por envidiar. Es una enfermedad psíquica que está sin diagnosticar.

Tengo yo un amigo que dice que a él, le envidiaron hasta las deudas que tenía, y no acabó en la ruina más deplorable de puro milagro.
Y tengo otro que tiene mucho dinero, pero la gente no lo sabe. Si lo ves, le das un par de euros para comer. De hecho, en cierta ocasión le echaron un euro en la gorra que tenía en la mano. Dice él que así no le envidian los demás. le tiene pánico a la envidia. ¿Se imaginan por qué...?.

otro día les cuento el comentario que escribí sobre la raíz de la envidia.
Ahora, si no tienen otra cosa que hacer, reflexionen sobre esto:

"Si la mugre bloquea la mente y pone freno a la visión, se destrozan las bases de la convivencia, que son los casquillos de la libertad.
Y si se destroza la libertad, se crea una dependencia. y a eso psíquicamente se le llama, ENFERMEDAD".



Rocío del Alba
3 Octubre 2007

Anónimo dijo...

COMENTARIO de Rocio del Alba del día 5 de octubre de 2007


UN CUENTO

Ya que no se escribe mucho de esto, os voy a exponer el comentario que yo hice sobre la raiz de la envidia.

Jesús hablaba en parábolas. Yo no pretendo tal cosa. Pero esto es una especie de comparación entre el bien y el mal, para llegar a la raiz de la envidia.Este fue mi comentario

La comparación se establece entre la tormenta y los angelitos que no obedecían a la luna y organizaron en el cielo una buena "zapatiesta".
La luna los acostó en sus camitas y los tapó con las estrellas. La tormenta quedó reducida a la nada y metida en su agujero.
Los angelitos no querían dormir y en vez de soñar cosas lindas se pusieron las pantuflas y cohetes se pusieron por el cielo a dirigir. Hasta que los oyó la tormenta y los rayos y los truenos envidiosos (y aquí y este día apareció la tormenta),salieron del agujero y torcieron la ruta de los cohetes, que chocaron unos con otros, perdieron la punta de sus cohetes y en forma de piedras blancas fueron cayendo a la tierra, y los truenos se encargaron de dar forma a la tormenta.
la luna se enteró de la algarabía. Lloraban los angelitos mojaditos y descalzos, sin encontrar sus camitas. El miedo se apoderó de ellos y su llanto era cada vez más fuerte. Ese llanto caía a las nubes y mojaba a la luna que salió de su placidez y se dó cuenta del estropicio que había en el cielo. Juntó a los angelitos, los envolvió en toallas blancas,les quitó una lagrimita, les puso pantuflas nuevas, los riño con amor de madre y los llevó a sus camitas. Los acostó y los tapó con estrellas que unieron sus puntas para que nos se perdierán.
Los angelitos se durmieron al fin, pero antes de hacerlo, se guiñaron un ojo y acordaron otra travesura, para cuando no los vigilara la truena.
La luna volvió a meter en el agujero a al tormenta, pisó a los rayos y tapó con palos los truenos. Pidió disculpas al cielo y volvió a su placidez de siempre.
Pero se olvidó de sellar los palos del agujero y por allí salió la envidia que tiene la tormenta, a todo lo que nace y crece feliz y bonito en la tierra, y que ella se encarga de destruir en cuantito que puede.
Esa envidia se nos pegó a los humanos, que somos tan brutos que hacemos lo mismo, lo mismo que hace las envidia de la tormenta.

Perdonar, pero no lo pude resumir más.
Cada uno que lo ponga en su contexto, y que lo entienda como pueda.

5 de octubre de 2007 18:41

Anónimo dijo...

Yo soy FLASH y vengo de un festejo. De un festejo familiar, en el que a cualquiera se le pondrían los pelos de punta viendo la envidia que había entre sus miembros. ¡Tanta!, que se desparramaba.

Así que al leer esto de la tormenta la envidia y la truena, no puedo por más que decir que, allí había más que truena. Y así ¿quién se divierte?. ¿Quién es feliz?.
Pienso que uno envidia a otro solo porque nació. Y como nació, no puede llegar a evolucionar, Así que cuanto más pronto te quite de delante mejor.

O a lo mejor es que me impresioné demasiado con lo que vi. No se pero ¡qué mala es la envidia!.¡Qué tristeza los envidiosos!.¡Qué ruindad esa vida!. Pero ¿Y el daño que hacen?.


FLASH
7 Octubre 2007

Y se me ocurre seguir diciéndole a Rocio del Alba que: ¿Nunca pensaste en escribir cuentos?. ¿Y cuentos para niños?. Lo digo porque te quedó muy bien lo de los angelitos y la truena.
Y aunque no sea una fábula, a mí me sirvió para aplicármelo como moraleja.